Primero ciega,
luego pincha y todo une mientras camina. (La aguja) |
Soy alta y delgada,
tengo un ojo, hago vestidos y no me los pongo. (La aguja) |
Soy pequeña y afilada
y pincho con mis puntadas. (La aguja) |
Pica, picando,
colita arrastrando. (La aguja) |
De mi ojo cuelga
un hilo largo, que une las telas y hace las prendas. (La aguja) |
Con «A» empieza mi nombre,
de las damas soy querido, si me prenden voy seguro, y, si me sueltan, perdido. (El alfiler) |
Verde fue mi nacimiento
y amarillo fue mi abril; tuve que ponerme blanco para poderte servir. (El algodón) |
Siempre de mí dicen algo,
aunque muy humilde soy; no soy señor y me tratan, con la nobleza del don. (El algodón) |
Pequeños, redondos, con agujeritos,
valemos muy poco, solos o juntitos, mas de nosotros depende el buen vestir de la gente. (Los botones) |
Dientes por fuera,
lengua colgando que sube y baja de vez en cuando. (La cremallera) |
Una señora, muy aseñorada,
tiene muchos dientes y se cose a puntadas. (La cremallera) |
Vengo al mundo a trabajar,
y tengo tan mala suerte, que todos me pinchan el culo, y yo no me puedo quejar. (El dedal) |
Don dedín tiene un sombrero
para no hacerse agujeros. (El dedal) |
Tan largo como un camino,
proviene de vegetal, y a pesar de su extensión, en un cesto puede estar. (El hilo) |
Y lo es, y lo es
y no me lo adivinas en un mes. (El hilo) |
Largo, largo, como un camino
y cabe en un «pucherino». (El hilo) |
Una cosa
que no es cosa y lo es. (El hilo) |
Dama da,
dama deja, y no se queja de lo que deja. (La madeja) |
Tengo pie y no tengo boca,
hilo meto, hilo asomo, tengo dientes y no como. (La máquina de coser) |
Locomotora no soy,
mas cuando con vapor voy, dejo muy alisado si me usan con cuidado. (La plancha) |
Por dondequiera que fui
lo arrugado atropellé y en todas partes dejé memoria lisa de mí. (La plancha) |
¿Quién es esa señora,
que tiene la propiedad, de estirar bien lo arrugado y de arrugar lo estirado, con igual facilidad? (La plancha) |
Un pie grave, ardiente y plano,
va dejando el campo llano y, al pasar, su calentura va dejando en la llanura. (La plancha) |
Cuando pasa
¡cómo pisa!, deja rasa la camisa. (La plancha) |
Cuando me caliento hasta los talones
aliso camisas y pantalones. (La plancha) |
Te la digo, te la digo,
te la vuelvo a repetir; te la digo veinte veces y no me la sabes decir. (La tela) |
Cuanto más largas
más cortas, cuanto más cortas más largas. (Las tijeras) |
Seguro que en tu casa está
si no lo sabes no importa. Pero ¿qué cosa será que cuanto más larga más corta? (Las tijeras) |
Pico sin tener enojos
y, sin nacer, soy de corte, pero muchos, con arrojos, los dedos, viendo mi porte, me los meten por los ojos. (Las tijeras) |
Dos hermanas diligentes
que caminan al compás, con el pico por delante y los ojos por detrás. (Las tijeras) |
Yo con mi hermana gemela
andamos siempre al compás, con la boca por delante y los ojos por detrás. (Las tijeras) |
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