Tengo un sonido tan suave,
que ángeles tocan en mí; mis cuerdas acompañaron los salmos del rey David. (El arpa) |
Una vieja con un diente
que llama a toda la gente. (La campana) |
Dama con pendiente
que toca deprisa para que la gente no pierda la misa. (La campana) |
Entre pared y pared
hay una santa mujer que con el diente llama a la gente, con las muelas a las mozuelas, con los colmillos a los chiquillos. (La campana) |
Con su gran boca
y un solo diente desde lo alto llama a la gente. (La campana) |
La habrás oído tocar,
piensa, medita, recuerda, ¿qué instrumento musical no tiene más que una cuerda? (La campana) |
Buenas y sonoras
cuerdas tengo; cuando me rascan, a la gente entretengo. (La guitarra) |
Puedo ser alegre o triste,
según quien me toque esté: con que me rasgues las cuerdas, buen sonido emitiré. (La guitarra) |
Me rascan continuamente
de forma muy placentera, mi voz es muy bien timbrada y mi cuerpo de madera. ( La guitarra) |
A pesar de no ser buque
tengo cuerdas y atavíos, también tengo un regio puente, pero nunca he visto un río. (La guitarra) |
Yo tengo puesto de honor
en toda fiesta guajira: cuando mis seis cuerdas pulsa, el campesino se inspira y su cantar yo acompaño con mi dulce melodía, desde que empieza el guateque hasta que despunta el día. (La guitarra) |
Brazos con brazos,
panza con panza, rascando en medio, surge la danza. (La guitarra) |
Una niña tontiloca,
con la boca en la barriga, y las tripas en la boca. (La guitarra) |
Instrumento musical,
jaranero y redondico, que todos saben tocar del virtuoso al borrico y que resulta esencial si cantas un villancico. (La pandereta) |
Cien amigos tengo,
todos en una tabla, si yo no los toco, ellos no me hablan (El piano) |
En una larga abertura
tengo yo mi dentadura y luego que empiezo a hablar, todas mis piezas se mueven sin poderlas yo parar. (El piano) |
Se toca con dos palillos,
sale siempre en la procesión y es un instrumento de percusión. (El tambor) |
Sobre una piel bien tensada,
dos bailarines saltaban. (El tambor) |
Mis caras redondas,
¡qué estiradas son! a fuerza de golpes, así canto yo. (El tambor) |
Marfil y madera fina,
a tocarnos con talento, el que no sabe, no atina. (Las teclas del piano) |
Con tan sólo cuatro cuerdas,
que un arco pone en acción, esta caja melodiosa te alegrará el corazón. (El violín) |
Zumba que te zumba,
se oye mi son, en las noches navideñas, hasta que aparece el sol. (La zambomba) |
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